Uno de sus primeros recuerdos que tiene es con Oni a su lado durante el éxodo de L.A., de modo que cree que es su hermano, aunque no está muy segura de ello. Cassandra y Oni empezaron una fuerte relación entre ellos cuando Oni le prendió fuego al orfanato donde vivían, y ella decidió seguirlo por las calles.
Ambos pasan el tiempo viviendo solos y hambrientos, con el tiempo ella desarrolla un autismo creciente, y Oni desarrolla su comportamiento violento. Después de una pelea contra una banda tratando de protegerla, Oni es gravemente herido, por lo que Cassandra decide pedir ayuda a un predicador, siendo pues acogidos por Elías. Finalmente, después de mucho tiempo, viven en un lugar agradable bajo el cuidado de su nuevo protector.
Cassandra recuerda los años con Elías como los mejores de su vida. Le enseño algunas técnicas para que pudiera controlar su energía y evitar caer en un caso aun más grave de autismo en el cual ella pudiera perder todo contacto con la realidad. Tras la huida de Oni del cuidado de Elías, ella decide decirle adiós al predicador, e ir tras aquel al que llama hermano.
Con él, trata de evitar verse envuelta en las violentas aventuras de su hermano ya que su estado es delicado. Oni quiere vestirla como él quiere, y se siente orgulloso de darle a Cassandra tiene todo lo que pueda desear.
Pero poco después, cuando una secta empieza a diseminar el rumor de que un visionario y místico hombre que sabe todo ha llegado a la ciudad, Cassandra ve la oportunidad una vez más de conocer su pasado y el de sus padres. Después de convencer a Oni, ambos van en busca de ese hombre para poder obtener tan deseada información.
|