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La historia de los beat’em ups es imposible contarla sin hablar de este juego. Capcom crea Final Fight en una época en la que las películas de peleas entre pandilleros están de moda (Dead Wish, The Warriors...) y gracias a los salones recreativos de la época, vuelve a ser una temática a la que se recurre para captar la atención del jugón. Juegos como Double Dragon o Kung-Fu Master, recreaban esos peligrosos escenarios callejeros y nos permitía por un momento, vivir las mismas aventuras que los héroes de aquellas películas.

Poco después aparece Final Fight, que está considerado por muchos como el mejor beat ‘em up de todos los tiempos. Realmente este juego no innovo nada en particular, pero mejoro tanto lo que había hasta el momento, que incluso a día de hoy sigue sorprendiendo por su calidad en todos los aspectos. El argumento nos sitúa en Metro City, una ciudad asolada por el crimen.  Mike Haggar, antiguo luchador de wrestling y actual alcalde de la ciudad, está harto de la situación. Aunque podría solucionar el tema del crimen a través de la fuerza, quiere dar ejemplo y arreglarlo dentro la legalidad. Un buen día, el alcalde recibe una misteriosa llamada que le dice que encienda el televisor. Al hacerlo, ve a su hija, Jessica, amordaza y atada a una silla. 

Entonces, el misterioso interlocutor se identifica. Es Damnd, cabecilla de la banda Mad Gear, la más poderosa de la ciudad. Este quiere que Haggar deje el puesto y abandone su lucha contra el crimen, de no hacerlo su hija morirá. El furioso alcalde abandona la promesa que hizo y se dirige  hacia la guarida de Damnd. Por fortuna no estará solo en este peligroso periplo, le acompañaran Cody Travers, el novio de Jessica, y Guy, el mejor amigo de Cody. Entre los tres intentaran rescatar a Jessica y de paso, eliminar la escoria que azota a la ciudad con sus crímenes y actos vandálicos. Estos son nuestros protagonistas:

Novio de la desdichada hija de Haggar, no duda en ayudarle tras conocer la notícia de su secuestro. Es el luchador más equilibrado de los tres, ya que combina fuerza con velocidad. Sin duda será nuestra elección si queremos meternos en la aventura de un modo más tradicional.

Amigo de Cody y experto en artes marciales, su principal característica es la velocidad de sus ataques, aunque su resistencia no será su punto fuerte.

Alcalde de Metro City y ex-luchador de wresling, emprende su cruzada personal contra Damnd tras haber secuestrado a su hija. Es el personaje más resistente de los tres, nuestra elección si queremos acabar rápidamente con los enemigos menos peligrosos. La aventura puede complicarse si necesitamos escabullirnos rápidamente en un momento dado, ya que es muy lento.

La acción está servida. Cientos de enemigos a derrotar, multitud de escenarios y multitud de ataques son lo que nos espera en este juego. Lo primero que destaca del juego son sus gráficos, con protagonistas grandes, ocupando un tercio de la pantalla. Hasta entonces, la mayoría de estos juegos mostraban a los personajes pequeños pero este juego nos ofrece unos personajes descomunales.

Además, los personajes tienen un número inusual de ataques, muy diferente a lo que nos tenían acostumbrados los beat’em up de la época. En este título pueden hacer diferentes patadas, puñetazos, agarres y técnicas especiales, tales como girar sobre sí mismos o lanzarse sobre los enemigos. Por otra parte, según qué personajes escojamos, debemos jugar de una manera u otra: Haggar es muy poderoso y lento, Guy rápido dando patadas pero más débil, y Cody es el más equilibrado de los tres.

Por su parte los enemigos nada tienen que envidiar a los protagonistas en cuanto a carisma y diseño, fiel reflejo de los estereotipos de la época. Desde punkis, pasando por navajeros, pandilleros, policías corruptos o samuráis, tenemos una gran variedad de enemigos que derrotar.

En este apartado, merecen una mención especial los enemigos finales. De tamaño enorme, incluso algunos de ellos más grandes que Haggar, desprenden un carisma brutal, de hecho son la parte más recordada por la mayoría de jugadores. En este punto, lo único criticable es el enemigo final, siendo quizás el más pobre comparado con otros. La batalla final realmente es difícil porque el enemigo dispone de una ballesta, no por las habilidades de este como luchador.

Los escenarios también son dignos de mención. Llenos de colorido y detalle, nos harán creer que estamos en una ciudad decadente. No faltará ninguno de los tópicos del género: Calles llena de suciedad, almacenes, bares, edificios en obras, metros, parques e incluso un ring de lucha clandestina.
Para acabar, no podíamos olvidar la jugabilidad. Simplemente perfecta, responde a la perfección y la sencillez de los controles nos permite pasar muy buenos momentos sin excesivas complicaciones como recordar múltiples combos, etc. En este juego lo directo gana a lo ortopédico. Lo rudimentario, es mejor que lo complicado y por ello, el manejo de los personajes será a todas luces sencillo de aprender y de poner en práctica. La dificultad por su parte es la justa para no desesperarnos ni para aburrirnos sin un reto a la vista, sencillamente está perfectamente implementado. Si el jugador se acostumbra al sistema de combates, no es complicado pasarse el juego con muy pocos continúes.