css Zen Garden

En el año 2000 y de la mano de UEP Systems, se pone a la venta el port de la franquicia Cool Boarders, que hizo tan famosa a la compañía tras el lanzamiento de la primera entrega para Playstation, en 1996. Como suele ser habitual en estas versiones para portátil, la compañía tuvo que adaptar el concepto a una consola mucho menos potente que la de Sony. La pregunta que nos hacemos pues, es ¿hizo bien el trabajo? Pasemos a analizarlo.

A pesar de que identificamos gráficamente la saga de snowboarding con la vista subjetiva, en este caso y por razones técnicas se tuvo que adaptar el juego a una vista isométrica, al estilo de juegos como Viewpoint, Overtop o Neo Driftout. La solución es sencilla a la vez que efectiva, ya que en general le da a la partida una espectacularidad que la Pocket no nos tiene acostumbrados, pues prácticamente la mayoría del catálogo cuenta con backgrounds tradicionales, sin esa apariencia 3D que se ha conseguido en este caso.

Dejando atrás este primer acierto, destacar de los backgrounds que, por razones de memoria, no se disponía de demasiadas opciones a la hora de crear múltiples texturas que pudieran otorgar cierta variedad a los niveles en general. Sin embargo aquí podemos aplicar la frase de que “con poco se ha conseguido mucho”. En este sentido, dichas texturas son escasas: nieve, hielo, tierra, paredes, precipicios, lava y poco más. Resulta increíble como cada nivel parece tan diferente a los demás, simplemente gracias a una consistencia en la creación de las pistas, que en definitiva hace que no aburran o cansen visualmente mientras jugamos.

Los sprites no son demasiado variados, y aparte de los protagonistas (pudiendo elegir entre chico o chica), su función es la de servir de obstáculo: osos polares, morsas, lobos, árboles, piedras o bolas de nieve, todo tiene un diseño adecuado para el objetivo por el que fueron creados.

Las animaciones, a pesar de tener los frames necesarios para dar “vida” a cada sprite, no dejan de ser demasiado básicas, y pronto nos daremos cuenta de que incluso nuestro protagonista no goza de demasiada variedad de movimientos.

En lo que respecta a las melodías, son 4 las que podremos escuchar durante la partida, además de la propia del menú de opciones. Cada una de ellas no resulta inadecuada para un juego deportivo como es el caso, teniendo un ritmo muy animado, pero debido a que cada una de ellas está asociada a un mundo determinado (siendo 20 los niveles por mundo), en ocasiones se nos harán monótonas.

Los efectos de sonido son muy escasos aunque cumplen su función, teniendo en cuenta las limitaciones del sistema. Completan este apartado en su justa medida, dando a la partida el toque de realismo que se espera de ellos.

El juego consiste en bajar por la ladera de una montaña lo más rápido posible. En el recorrido encontraremos múltiples obstáculos que sortear, como precipicios, lava, animales salvajes, rocas o árboles. El modo principal, llamado Freeride, consta de cuatro mundos (A, B, C y D), los cuales tienen 20 niveles cada uno. Partimos de dos mundos desbloqueados, el A y el B, y a medida que completemos niveles y obtengamos tiempos mejores que los que vienen por defecto, obtendremos puntos de bonificación, los cuales en determinados momentos sumarán lo necesario como para desbloquear el siguiente mundo, dándonos acceso directo a sus respectivos 20 niveles. Una vez completados los 80 niveles, desbloquearemos un nivel extra. Además, contamos con un modo Survival infinito donde mejorar distancia recorrida y tiempo sobre la tabla de snow, lo cual alargará la vida del título.

El HUD es simple a la vez que efectivo, concentrándose en la parte superior. De izquierda a derecha encontramos nuestra velocidad de descenso, el tiempo que llevamos en pista, el tiempo que nos queda para poder hacer récord, y nuestra barra de salud. Dicha barra irá disminuyendo a medida que caigamos por barrancos, o nos choquemos con los obstáculos del camino. Cuando llegue a cero, se acaba la partida.

Los controles del personaje son los siguientes:

En este aspecto hay que destacar sobretodo el plus que nos da pulsar (abajo) para conseguir velocidad, pues abre la posibilidad de elegir entre dos estrategias. Teniendo en cuenta que manteniéndolo pulsado no podemos movernos a izquierda a derecha pero que al mismo tiempo nos recarga poco a poco nuestra salud perdida, podremos elegir entre no pulsarlo (sacrificando regeneración de salud a cambio de una partida más tranquila), o mantenerlo pulsado lo máximo posible (regenerando salud a cambio del aumento de dificultad debido a la velocidad).

La dificultad de la partida irá en aumento a medida que avancemos niveles. En este sentido, el mundo “A” se caracteriza por ser bastante asequible, aunque los siguientes mundos tendrán una dificultad más elevada, teniendo que recurrir en muchas ocasiones a la memorización de obstáculos para poder llegar a la meta.

Las opciones en los menús brillan por su ausencia, y no van a ir más allá de elegir personaje o activar o desactivar el auto-power.

Es en definitiva, un título deportivo, aunque en cierto modo podríamos catalogarlo incluso de conducción, siendo el único juego del sistema con estos detalles que tanto nos puede recordar a Trash Rally, por poner un ejemplo.

La duración del juego es más que aceptable, pues sus 81 niveles nos mantendrán entretenidos un buen rato. Es posible que una vez finalizado queramos volver a jugarlo de nuevo, pero no es probable, pues el único aliciente que nos queda es bajar los tiempos récord que una vez conseguimos. Aún así, no podemos olvidar el modo Survival, el cual siempre nos supondrá un reto a la hora de querer mejorar nuestra máxima distancia y tiempos alcanzados con anterioridad.

Jugar como Snow Girl:
Al batir el récord en los 80 niveles, desbloquearemos un nivel extra, además de un personaje secreto llamado Snow Girl, la cual presenta una jugabilidad diferente a la de nuestros dos personajes seleccionables.