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Zed Blade es uno de esos shooters el cual, con el paso de los años, ha caído en el olvido. Salió exclusivamente en el mercado MVS, y eso de por si hizo que los poseedores del sistema AES o CD no lo tuvieran demasiado en cuenta. Por su parte en los salones recreativos no llamó especialmente la atención, debido a un apartado técnico bastante mediocre.

La historia nos sitúa en un futuro lejano, en el cual la humanidad ha conseguido grandes avances tecnológicos, entre los que destaca la posibilidad de explorar sistemas solares lejanos. Para ello, construyen una estación espacial totalmente automatizada llamada Yggdrasil, nombre que significa “árbol de la vida” en la mitología nórdica. Pues bien, años después y tras intentar sin éxito establecer contacto con la estación, comienzan a llegar a nuestro planeta un sinfín de naves, mechas e ingenios mecánicos que amenazan la paz mundial... Es hora de enviar a nuestros tres mejores pilotos en una misión que no va a resultar nada fácil.

Si una palabra tuviera que resumir el apartado gráfico, esta sería “simplicidad”, hasta el punto de que parece hecho para un sistema menos potente. Tanto los decorados como los sprites y objetos cuentan con un diseño sencillo, aunque en conjunto resulta atractivo a la vez que austero. Sin embargo ahí radica su encanto, puesto que junto con Andro Dunos, comparte esa limpieza en la pantalla, que lo hace más asequible para jugadores poco experimentados, ya que entre otras cosas, los disparos enemigos siempre van a ser de color anaranjado, muy diferente del resto de la paleta de colores vista en plantalla. Por cierto, ésta va a ser una de las más escasas en cuanto a número de colores utilizados se refiere. En este sentido, los fondos (cielo, espacio...) van a ser muchas veces monocromo.

Los escenarios destacan por los planos de scroll coloridos y bien dibujados, dentro del estilo especial del juego. Estos serán variados, pudiendo mostrarnos la atmósfera de un planeta, el espacio, una lluvia de meteoritos, una nebulosa... Se ha querido dar énfasis a la variedad de la ambientación y en este sentido, se ha conseguido.

Los sprites también cumplen con ese toque simplista. Destacan las transformaciones enemigas que, apareciendo como figuras tridimensionales, se transforman en naves o vehículos aéreos con una animación ciertamente conseguida. El diseño de los mismos es demasiado simplón, y en ocasiones veremos algunos sprites cuyo aspecto se acerca más a un juego de 8 bits, que no a uno del sistema Neo Geo.

Es uno de los puntos fuertes, pues tanto melodías como efectos están muy bien logrados, siempre teniendo en cuenta ese estilo simplista que caracterizaba al apartado gráfico. Las melodías por su parte son tipo “trash” electrónico, de ritmos frenéticos y casi discotequeros de la época, pero no por ello desentonan. Al contrario, nos introduce aún más en la acción de cada fase, invitándonos a machacar los botones sin piedad.

Los efectos son igualmente destacables. Las explosiones, variedad de disparos etc, hacen que ninguno de ellos acabe siendo tedioso. Sin duda un trabajo excelente.

Los controles de la nave son muy simples:

Comenzaremos seleccionando a uno de los tres pilotos disponibles los cuales tienen diferente velocidad en la partida, así como diferente disparo. A su vez, lo siguiente será elegir qué tipo de trayectoria vamos a querer tanto para el disparo frontal, como para el trasero y los misiles automáticos. Esto hace que podamos disponer de múltiples combinaciones y por ello, establecer estrategias diferentes en cada nueva partida.

Los ítems que podemos recoger son los siguientes:

La mecánica es bien sencilla, pues como cualquier otro shooter de estas características, deberemos abrirnos paso entre las fuerzas enemigas y de esta manera poder vencer al enemigo final que nos aguarda al final. El feeling con la nave no va a ser demasiado bueno, puesto que aunque podemos llegar a tener un arsenal de alto poder ofensivo, la velocidad de la misma es tan lenta, que en multitud de ocasiones será la causante de que acabemos perdiendo vidas, al hacerse verdaderamente complicado esquivar a tiempo los disparos, naves o asteroides que nos rodean.

La dificultad sigue una curva adecuada aunque parece demasiado fácil durante la primera mitad del juego, para volverse verdaderamente difícil en su segunda mitad. De hecho en los últimos compases veremos cómo nos invaden hordas de enemigos sin apenas posibilidades de esquivar sus disparos... Además, el Final Boss será de una dificultad realmente aplastante, sin embargo, divierte puesto que en conjunto, hablamos de unas partidas equilibradas, relajadas pero que tampoco permitirán un momento de relax.

A pesar de tener un aspecto no tan espectacular como otros grandes del género, se deja jugar una y otra vez. El hecho de poder seleccionar diferentes naves con diferentes características, y a su vez, diferentes tipos de disparos, harán de cada partida una experiencia diferente. La diversión será más notoria si cabe, durante las partidas en modo dos jugadores, una opción que debe ser experimentada en este y en cualquier shooter.

Le debemos sumar la variedad de sus fases y algún que otro diseño curioso - a destacar el guiño a Asteroids (Atari, 1979) de la tercera fase - dando como resultado un juego con mucho potencial.

No disponibles.