Cuando los aficionados se refieren al catálogo de SNK, sus impresiones serán bastante diferentes si estamos hablando de los juegos creados antes de la quiebra de SNK, o de los que vinieron después. Mientras que estos últimos títulos no acabaron de aprovechar el potencial de una consola ya de por si longeva y conocida por los programadores, los primeros se caracterizan por tener un acabado general que les ha empujado a muchos a ser recordados como auténticas joyas de la programación.

Sin embargo pocas veces caemos en la cuenta de que también existen juegos aparecidos en esa época que ni por asomo tenían una calidad equiparable al resto (Cyber-Lip, Fatal Fury, Alpha Mission II, etc). Legend of Success Joe, programado en 1991 por una third-party llamada Wave, es uno de estos juegos mediocres. Tanto es así, que su acabado general estará más cercano a un proto que no a un proyecto acabado.

Curiosamente, está inspirado en el manga Ashita no Joe de Ikki Kajiwara. Resume la historia original, la cual narra las aventuras de Joe Yabuki, un muchacho problemático que ha pasado la mayor parte de su vida en orfanatos, hasta que escapa. Deambulando por los barrios pobres de Tokio, Yabuki conoce a Danpei Tange, un entrenador retirado de boxeo que le enseñará las técnicas para poder dominar este estilo de lucha. Pasa el tiempo y Joe emprende un viaje con una compañía de espectáculos para intentar seguir boxeando, pero se siente vació al combatir en combates fingidos, y tras un tiempo vuelve con Danpei, y se propone un objetivo, luchar contra Carlos Rivera, un conocidísimo luchador de boxeo. Comienza entonces una meteórica carrera, en la que finalmente se enfrentará a Carlos Rivera, campeón del mundo de boxeo.

Vamos a encontrarnos con un acabado totalmente pobre en todos los sentidos. Comenzando con los sprites, pues no hay absolutamente nada positivo que mencionar. Están totalmente carentes de detalle, no tienen unas proporciones reales, están mal dibujados (todos aparecen encorvados, entre otros defectos) y el uso del color en ellos se limita casi a mostrar dos colores por textura (piel, ropas...) A pesar de que el título tenga un componente beat'em up, ya que en ciertos momentos deberemos acabar con varios enemigos en pantalla, la variedad de enemigos va a ser muy escasa, habiendo aproximadamente cuatro o cinco variaciones diferentes. El resto de apariciones se basarán en cambiar el patrón de color, y poco más, algo que no se entiende ya que son muy pocos los enemigos que deberemos vencer. Tanto es así, que perfectamente se podría haber diseñado cada enemigo diferente al resto.

Las animaciones son otra lacra de este apartado. En primer lugar, los movimientos de los luchadores durante los combates son totalmente ortopédicos, robóticos, no resultan para nada naturales. Por si fuera poco, al tirar los enemigos al suelo, estos van a realizar un efecto “pelota de goma” sin frames de por medio que realmente desentona totalmente. El movimiento en general es todo un despropósito poco digno para el potencial de este sistema, ya que se resuelve mediante apenas dos frames mal optimizados. De hecho, al caminar el personaje, únicamente serán las piernas las que tendrán movimiento. Y dicho sea de paso, la posición en guardia es totalmente estática.

Los escenarios tendrán una variedad mínima, pues se limitan a un ring de boxeo y a otras pocas localizaciones carentes de extensión jugable. El ring es el más elaborado de todos, pues tendrá detalles como el numeroso público que ambientará bastante bien las peleas. Sin embargo el resto de localizaciones tendrán escasísimos detalles y animaciones que les puedan dar sensación de “vida”. El color al igual que con los sprites no encajan, pues se abusa de las tonalidades demasiado chillonas. Las ilustraciones aparte de las aparecidas en el ending y la intro, carecen de un mínimo de calidad pues se muestran pixeladas, mostrando únicamente dos cosas, las caras de los luchadores antes del enfrentamiento, y la repetición del golpe por KO.

Dicho sea de paso, tanto la intro como el ending son quizás el único aspecto que vale realmente la pena, pues a pesar de no tener nada especial, brillan en un contexto tan pobre.

El apartado en general no es nada representativo del sistema para el cual se hizo. Unas músicas sin apenas armonía, compuestas por notas excesivamente agudas, no invitan a seguir jugando una vez nos hemos puesto a los mandos. Dichos sonidos mantienen muchas veces unos sonidos estridentes que recuerdan más a midis o simples pitidos, que no a notas musicales.

Los efectos de sonido son igualmente mediocres, pues serán muy escasos, repitiéndose una y otra vez a lo largo de toda la partida, y serán poco realistas (sirva de ejemplo el sonido sin sentido que simula un teclado escribiendo mientras aparecen las frases explicativas de la historia). El juego incluirá voces, las cuales aunque le otorgan un plus de calidad al acabado, una pésima grabación hace que aunque de por si están en japonés, suenen igualmente ininteligibles.

Los controles son los siguientes: (tener en cuenta que los ataques fuerten quitan 3 veces lo que un golpe normal).

Seguirá una secuencia de fases consistentes en pelea callejera-combate de boxeo alternativamente hasta llegar al ending. Es corto, pero su dificultad hará que tengamos que luchar durante mucho más tiempo que el que correspondería. Además, dichos continues tendrán un comportamiento de lo más extraño, pues si durante las dos primeras fases, al continuar seguimos donde nos quedamos, en las sucesivas fases deberemos comenzar desde el inicio de fase, y los enemigos habrán recuperado toda su vida. Los combates de boxeo serán diferentes, pues al continuar, el enemigo seguirá con la misma barra de vida que la que le dejamos al perder la partida. Eso si, en el último combate será imposible continuar en caso de que hayamos perdido, puesto que se anula esta posibilidad.

Potencialmente tiene muchos ingredientes para tener una buena jugabilidad, pero desgraciadamente no se han implementado bien y el resultado ni siquiera llega al aprobado. En parte beat'em up, en parte boxeo, dispone de bastantes técnicas, aunque la mayoría serán del todo inútiles al resultar ineficaces contra los enemigos. De hecho, si nos fijamos en los movimientos de nuestro personaje, nos fijaremos en que mientras nuestros enemigos disponen de mucha libertad de movimientos, incluidos los saltos o las patadas, nosotros tan solo podremos ejecutar golpes de puño, a lo que se une un gran problema que tira al traste cualquier posibilidad de llevar el juego a buen puerto, y es el problema relativo a las colisiones. Esto es así porque mientras nuestros golpes apenas se lanzan unos píxeles más allá del torso, nuestros enemigos tendrán un alcance mucho mayor, y la IA se encargará de mantenerlos alejados de nuestro rango, con lo cual la dificultad acaba siendo excesiva.

Esta dificultad es la típica de un “tragamonedas” de la época, ya que además de injusto con el jugador, es sumamente aleatorio, con lo cual no vamos a poder disfrutar de unos mejores resultados partida tras partida gracias a nuestra mejora a los mandos. La jugabilidad está pensada para que perdamos a los pocos minutos de empezar, y esa será la tónica que nos encontraremos hasta el ending. Luchemos en la calle o en el ring, los enemigos tendrán unas mejores habilidades defensiva, ofensiva y de movimiento, y lo peor de todo, no seguirán un patrón preestablecido que haga que podamos anticiparnos a alguno de sus ataques. Bien es cierto que los combates en el ring son ligeramente más sencillos, ya que podremos centrarnos en un solo rival, pero aún así estaremos en clara desventaja frente a la CPU.

Todos estos problemas lo convierten en sumamente injugable, sin apenas ningún aliciente que pueda mantenernos pegados a la pantalla. Ya de por si resulta chocante que un juego de estas características hubiera conseguido pasar incluso unos mínimos controles de calidad, pero a la vista está que fue así. Con una rejugabilidad nula, nuestro interés se basará únicamente en nuestras intenciones “completistas” en caso de quererlo sumar a nuestra colección.

No disponibles.