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Quest of Jong Master, (Janshin Densetsu en japonés) es un título RPG con tintes mahjong, lanzado al mercado en 1994 y programado por la conocida Aicom, estudio que lanzaría un año más tarde el shooter Pulstar. En si mismo, es un rip-off, una copia del título de Taito de 1990, Mahjong Quest, pues se nutre de una historia parecida, además de utilizar un estilo de dibujo muy similar a aquel, con ilustraciones en ocasiones casi idénticas y una jugabilidad idéntica.

Cuenta el argumento que una chica debe recorrer un reino e intentar salvarlo de las garras de un terrorífico dragón, encontrando multitud de alienígenas enemigos a los cuales deberá vencer mediante partidas de mahjong y poco a poco, restaurar el orden. El juego mezcla este género con el RPG, siendo precisamente éste la base del juego, de manera que aparecerán algunas características de personaje que podremos mejorar a base de ganar experiencia partida tras partida.

Resulta imposible valorar o describir el apartado gráfico de este juego sin compararlo con Mahjong Quest, pues son prácticamente idénticos. No solamente serán similares el aspecto de la mesa de juego y sus fichas (en las cuales la única diferencia parece ser el color de fondo) sino que el hud, las animaciones e incluso las ilustraciones, todo nos recordará al juego de Taito.

En cuanto al hud, ambos títulos muestran los elementos RPG de igual forma. A la derecha encontraremos una tabla donde se muestran las características mejorables del personaje. Incluso la posición en pantalla y el diseño son casi idénticos. Las animaciones son también similares en ambos, pues al comenzar la partida de mahjong, veremos pequeños ángeles y demonios que se mueven por la pantalla, hasta transformarse en las fichas de cada jugador. En Mahjong Quest esto también sucedía, aunque los ángeles y demonios en ese caso eran hadas y gnomos. Otros detalles como los encantamientos mágicos que podemos comprar durante la partida, son también los mismos.

Las ilustraciones que aparecen son igualmente similares, puesto que en ambos casos nos encontramos con el mismo tipo de dibujo, un diseño marcadamente anime, y con una protagonista demasiado similar, la cual de hecho parece la misma. Tienen un marcado componente erótico (nos encontraremos con multitud de chicas durante la historia) y entre otras cosas, si nos derrotan en la partida, veremos como la protagonista pierde algo más que la partida... Por otra parte, los textos en ambos casos aparecen exclusivamente en japonés, y son casi idénticos en su estilo de escritura al juego de Taito.

La falta de originalidad es algo evidente y que resta puntos a un apartado visual totalmente copiado de un título lanzado al mercado cuatro años atrás. Tanto es así, que el único aliciente que podemos encontrar es la lógica mejora gráfica debido a la diferencia temporal entre uno y otro, pero poco más.

A pesar de que no contemos con mucha experiencia en juegos mahjong, aunque fuese por intuición, nos podría parecer fácil adivinar más o menos qué tipo de música ambiental encaja mejor durante una partida. Seguramente pensemos en sonidos tranquilos, de flauta, percusiones diversas, una relajada melodía japonesa, en resumen. En Quest of Jong Master esta idea se ha cambiado por completo, y si bien cuenta con una melodía adecuada para un juego RPG mientras exploramos el mapa, pronto la cosa cambia y nos encontramos con una música ambiental durante las partidas mahjong, que para nada casa con un título así.

Únicamente contamos con una melodía central para el mahjong, la cual escucharemos en cada una de las partidas de las que consta la aventura... Algo que podría perdonarse si no fuera por el estilo de música que se ha compuesto, tremendamente ruidosa, acelerada, más propia de las típicas pistas que se incluyen al casi agotarse el tiempo de juego, que no como melodía principal. Un gran problema para el jugador, puesto que a pesar de que nos transmita la amenaza de estar jugando contra un rival malvado, ahonda demasiado en esa idea, incomodando enormemente. Por contra, encontraremos otras, como las que escuchamos mientras seleccionamos conjuros mágicos, que son bastante más agradables y tranquilas.

Los efectos son muy escasos, no demasiado diferentes de los que podemos encontrar en los otros títulos del catálogo. Encontraremos algunas voces que se repetirán demasiadas veces, en definitiva, un apartado sonoro demasiado mediocre, poco representativo de lo que Aicom sería capaz de hacer con un juego como Pulstar, tan sólo un año más tarde.

El desarrollo de la aventura es en esencia de tipo RPG con encuentros aleatorios, así que se sale de las típicas partidas mahjong que podíamos ver en Minasan Mahjong o en Mahjong Kyoretsuden. Aquí, deberemos explorar un reino, controlando a una chica, la protagonista. Durante la exploración, encontraremos multitud de alienígenas enemigos los cuales deberemos vencer en una partida a mahjong. Sin embargo la jugabilidad no se queda ahí, sino que salen a relucir los elementos del género RPG, dándole al título una mayor profundidad y complejidad.

Antes de cada partida contra un rival, vamos a poder adquirir diversos encantamientos mágicos cambiándolos por puntos MP. La protagonista dispone de una espada y un escudo que podrán ser activados durante la partida, otorgándole al jugador habilidades especiales. Dichas habilidades serán más poderosas cuanto más avancemos en la historia, puesto que al igual que en los RPG, en Quest of Jong Master verán aumentada su experiencia.

Todas las variables susceptibles de mejora se muestran en un pequeño cuadro a modo de resumen situado a la derecha de la pantalla. Tendremos cuatro variables diferentes, correspondientes a HP (vida), MP (magia), arma (espada) y escudo.

Centrándonos en el mahjong, hay que tener en cuenta que las normas para jugar son diferentes al mahjong chino, el cual consiste en ir haciendo parejas, descartando fichas con cada encarte. Este juego se basa en las normas del mahjong japonés o mahjong riichi, más técnico, el cual requiere de unos pocos conocimientos previos para poder ser jugado con unas mínimas probabilidades de éxito. El siguiente link nos enseña las reglas y trucos a tener en cuenta durante la partida:

“Aprende a jugar a juegos Mahjong”

En definitiva, ¿con qué tipo de juego nos encontramos, en el caso de no tener conocimientos del idioma japonés? Aunque parezca contradictorio, una vez entendemos las reglas del mahjong riichi, no nos resultará para nada complicado familiarizarnos con él. La partida es totalmente lineal en cuanto a exploración del mapa se refiere, es imposible perderse, incluso en los mapeados supuestamente laberínticos. Los menús de compra de conjuros o mejoras diversas son igualmente intuitivos, y a pesar de perdernos toda la carga argumental que nos cuentan los textos, podremos intuirla por la cantidad de ilustraciones que irán apareciendo. Para ponernos las cosas aún más fáciles, claramente nuestros enemigos juegan mal a mahjong, y no nos resultará para nada difícil ganar una partida tras otra. Lástima que cada una de ellas tenga una duración normal, lo que hace que la exploración sea bastante lenta. Aunque a fin de cuentas, estamos ante un RPG.

Si tuviéramos que valorar cualquier otro título cuyos textos aparecen únicamente en japonés, deberíamos tener en cuenta en primer lugar que los jugadores occidentales no podrán disfrutar realmente de él, debido a la barrera del idioma. Sin embargo, y por sorprendente que pueda parecer, no es que no se pueda jugar debido a ese handicap, al contrario, a pesar de contener información muy diversa, las opciones de juego, encantamientos, compra de pociones etc, son intuitivos, y en poco tiempo nos podemos llegar a familiarizar con su jugabilidad.

En este sentido, no podremos conocer los detalles del hilo argumental, pero Quest of Jong Master se deja jugar, con unas partidas de mahjong muy fáciles que son perfectamente asumibles por cualquier jugador con unos mínimos conocimientos sobre su funcionamiento. En cuanto a la rejugabilidad en si misma, obviamente no será una característica destacable. Llevaremos a cabo tantos enfrentamientos, que no sentiremos las ganas de volverlo a jugar en una temporada.

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