The Irritating Maze significa “El Laberinto Irritante”, y es posible que sea el nombre más acertado que podía tener. Esto es así porque es un título tan poco amigable, que a los pocos segundos de la partida nos daremos cuenta por qué precisamente se llama así.

Basado en el show televisivo japonés llamado “Ucchan Nanchan no Honō no Challenger: Kore ga Dekitara 100 Man En!” (“¡Prueba de fuego de Ucchan Nanchan: 1.000.000 de yenes si puedes hacer esto!”), fue creado por Saurus en 1997, y es quizás el más extraño de cuantos títulos forman el catálogo Neo Geo. En la partida, moveremos un stick o palo desde la vista cenital (únicamente veremos la parte mas inferior del mango) debiendo moverlo a lo largo de varios circuitos, intentando no chocar contra los bordes electrificados, pues de hacerlo acabará la partida.

La recreativa original era dedicada y disponía únicamente de trackball, elemento muy diferente de las versiones actuales en las que se juega con old style y similares. Solo en este caso era jugable debido a que el control del stick era mucho mas preciso, pero aún así es desconcertante pensar que en aquellos años los dueños de los salones recreativos estuviesen dispuestos a pagar por algo con tan poco potencial recaudatorio.

En algunas regiones, el juego pasó a denominarse The Irritating Stick. Igualmente acertado.

Gráficamente no tiene nada extraordinario que llame la atención, pues dada la temática tan concreta, lo único que nos mostrará es evidentemente ese laberinto, el cual estará bordeado por márgenes electrificados y cuyo recorrido encontraremos eso si, muy colorista. Los tramos serán bien diferentes unos de otros, puesto que las curvas, los ángulos o anchura del trazado irá variando constantemente. Además, nos encontraremos con trampas de lo más variado, desde piezas móviles como aspas o tuberías, hasta ratones.

Las animaciones son mínimas, resumiéndose básicamente en el momento en el que colocamos el palo en el circuito, o perdemos la partida. El resto lo protagonizará un suave scroll, pero nada más que eso. Las ilustraciones serán igualmente escasas, mostrándonos el aspecto de ambos jugadores seleccionables y poco más.

El apartado sonoro es correcto pues se complementa bastante bien con el tipo de juego. Si bien hay variaciones de la música en momentos concretos, como la llegada al checkpoint o la vista previa del recorrido, en general las pocas melodías que encontramos son demasiado parecidas unas de otras y la sensación será la de estar escuchando todo el rato la misma. Eso si, aunque no destaque, no le falta creatividad, pues combina bastante bien notas más agudas con un ritmo de graves que sería agradable si no fuera por los efectos ambientales.

Dichos efectos se resumen en sonidos de cortocircuito para ambientar los márgenes electrificados, o de sierra para ambientar un recorrido con dichas piezas alrededor. Si al sonido incesante de estos le unimos tramos en los que no deja de sonar una alarma, entonces nos hacemos una idea de lo cansado que puede llegar a ser jugar varias partidas al título.

Los efectos se completan con voces que nos acompañarán durante gran parte del recorrido. Son claras y están bien grabadas, aunque como hemos dicho antes, los efectos ambientales le restarán protagonismo debido a lo estridente de sus sonidos.

El control es tan simple que no necesitaremos utilizar ningún botón durante el juego, más que el stick (presuponiendo que jugamos con esta versión). El movimiento del stick en la pista se activa al mover la palanca hacia cualquiera de los lados, teniendo una evidente inercia al frenar, que hará que la mayoría de ocasiones acabemos tocando los márgenes debido a este handicap. La partida completa consta de tan solo tres circuitos, estructurados en tramos con checkpoints, en los cuales comenzaríamos la partida si tocásemos los márgenes con el stick.

Jugablemente no ofrece nada más que eso, no hay modos de juego ni nada parecido, tan solo podremos elegir entre personajes al comenzar la partida, un chico o una chica, y una vez hecho esto, pasaremos al juego en si, teniendo que llevar la bola por un sinuoso recorrido lleno de trampas, hasta la meta. Todo ello en un tiempo determinado, pues hay cronómetro.

El punto más destacable es la extrema dificultad tras la adaptación a controles convencionales. Si con el trackball tenemos a nuestra disposición un número infinito de ángulos a los que dirigir el stick, con el old style convencional podremos mover la bola en varios ángulos establecidos (0º-45º-90º-135º-180º-225º-270º-315º). Sin embargo, continuamente nos encontraremos con tramos en los que los ángulos serán diferentes a estos, con lo cual deberemos seguir un recorrido “de escalera” para pasar con éxito la mayor parte del circuito, y todo ello teniendo en cuenta que no podremos hacerlo lentamente, pues tendremos el tiempo limitado por el crono, además de la inercia la cual hacíamos referencia antes. Todo en conjunto limita los movimientos más precisos, necesarios durante el 95% de la partida.

En definitiva, se trata de un título alternativo, el cual difiere totalmente de cualquier otro del catálogo. Pensado para jugarse con trackball, puede incluso llegar a suponer un reto a superar bastante interesante si jugamos en la recreativa original, de lo contrario será como su nombre indica, irritante.

The Irritating Maze es uno de los títulos más extraños del catálogo, y uno de los más desconocidos por parte de los usuarios. Que lo tengamos en la estantería no supondrá un plus jugable a tener en cuenta, pues la adaptación al stick arcade le quita cualquier posibilidad de ser un reto superable o cuanto menos, apetecible. Rara vez jugaremos a este juego, habiendo tantos con los que pasar un buen rato.

En el remoto caso de que dispongamos de la recreativa original, tendremos un título en el que jugar con trackball permitirá un control más fino y por tanto, tendremos más posibilidades de éxito en unos circuitos con un recorrido de por si casi imposible de superar.

No disponibles.