Es uno de los primeros títulos del catálogo, de modo que no nos encontraremos con un despliegue técnico increíble. Ghost Pilots es arcade puro y duro, con sabor a recreativa de las de antaño. Uno de esos juegos al que acudes cada vez que quieres volver a sentir esa sensación de estar jugando al shooter de toda la vida.

La historia es igualmente sencilla y recurrente. Durante la II Guerra Mundial, se descubre un poderoso recurso natural en el país F, que ayudará enormemente al progreso de la humanidad. Sin embargo su posesión empieza a ser codiciada por otros países hostiles... Dos pilotos del país neutral F, Tom Phillips y Charlie Stingley, deben defender sus fronteras del ataque de un ejército invasor que procede de los países C y D… Nada se supo de ellos hasta ahora, dos héroes que cambiaron el rumbo de la Historia, gracias a nosotros.

Los gráficos son sencillos, tanto, que posiblemente muestran un 60% del potencial del sistema, máxime si lo comparamos con títulos de última hornada. Vamos a encontrarnos un scroll vetical clásico, sin cambios de ángulo durante el recorrido, aunque eso si, los escenarios serán de lo más variado, con coloridos muy diferentes unos de otros y con una variedad de sprites alucinante.

La intro aunque sencilla, invita al jugador a comenzar una nueva partida, aunque eso si, una vez que se empieza, uno se da cuenta de que no se encuentra ante un shooter magistral. No tanto por los escenarios, sencillos y “limpios” (aunque cuentan con una variada paleta de colores), sino por los sprites tanto del jugador, como de los enemigos. ¿Acaso se puede distinguir una sola animación que valga la pena? Vamos a encontrarnos a cientos y cientos de enemigos, terribles y enormes bosses y multitud de ítems a recoger, pero en suma veremos que todo parece demasiado estático, incluidos nuestro avión. Incluso el ritmo del juego es lento. Parece que ni los propios programadores conocían realmente el potencial del sistema, y así fue como nació este título, con una ambientación general aceptable, y con ideas puestas en práctica en otros juegos anteriores.

El sonido es al igual que los gráficos, justo como para acompañarnos durante la aventura y rellenar el hueco que le corresponde a este apartado sin que sintamos el recuerdo de alguna melodía que aparezca en el juego. A excepción de la música de la intro, la cual realmente entra al trapo e invita a darle rápidamente al Start para empezar a derribar aviones.

Los efectos sonoros son igualmente simples, todos ellos son los típicos de un shooter de la época y ninguno de ellos nos llamará la atención. Vamos a escuchar ametralladoras, explosiones, bombas y un sinfín de sonidos bélicos, y a pesar de que no desmerecen el título, es cierto que abren camino a los próximos títulos del catálogo a buscar una mayor complejidad y realismo en su estructura sonora.

El manejo de nuestra avioneta de combate es muy sencillo, y es un sistema que se comparte con muchos otros títulos del catálogo. Con un botón disparas y con el otro lanzas un número muy limitado de bombas. Quizás parece que se quede corto en cuanto al control, pero sin duda es la clave de su jugabilidad. Aún así, la lentitud ha hecho mella en un juego que podría haber sido mucho más de lo que finalmente nos ofreció. Quizás se buscase una ralentización cero en cuanto a gráficos se refiere (los sprites en pantalla llegan a ser muy numerosos), o quizás se quiso ser fiel a la ambientación. El problema añadido de la lentitud es que se solapa con una virtud pocas veces vista en un título de este estilo: ¡El juego es larguísimo! A buen seguro que vamos a acabar satisfechos de estar tanto tiempo disparando sin descanso.

Por otra parte se echa en falta una selección de aeronaves, ya que tan sólo podremos decidir en un primer momento nuestro tipo de bomba, pero nada más. Y si a eso le sumamos que tan sólo contamos con un tipo de disparo ampliable mediante recogida de potenciadores, entonces es lógico pensar que la aventura se nos haga monótona.

Por último comentar que las partidas a dos jugadores siempre nos ofrecerán más entretenimiento que a un jugador. Si precisamente queremos jugar solos, el título es todo un reto, ya que la dificultad es elevada, poniéndonos las cosas realmente difíciles (no encontraremos demasiados ítems para incrementar la potencia del disparo). Durante mucho tiempo estaremos disparando con el armamento mínimo aunque no por ello dejarán de venir menos avionetas enemigas, lo cual puede llegar a hacerse molesto.

Entonces, ¿merece la pena? La respuesta es afirmativa, sobretodo para los aficionados a este género. al contagiar un sabor arcade añejo. Es cierto que una partida hasta el final puede llegar a cansar por su extensión (y por el problema de la velocidad comentada anteriormente), pero al haber mucha variedad en sus escenarios y enemigos, la diversión está garantizada. Vamos a disfrutar de un juego sencillo, directo y arcade ante todo. Si eso es lo que buscas, entonces no puedes perdértelo.

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