Aparecido en algún momento de 1999, tiene el honor de ser el primer homebrew lanzado para Neo Geo. A pesar de que sobre sus orígenes se ha escrito muchísimo, definitivamente no es un proto, sino un juego basado en un homebrew del mismo nombre, y programado por Kyle Hodgetts. A su vez, el original es un clon de otro título, Boulder Dash, lanzado por First Star Software en 1984 para NES y ordenadores, teniendo muy buena acogida en su momento. Durante muchos años se estuvo barajando la posibilidad de que el autor original fuese Face, la compañía que programó Gururin en 1994, pues algunos diseños provienen de este juego. Se habló incluso de que quizás Aruze, la compañía que comprara SNK, lo vendiera a otras third parties con la idea de llegarlo a comercializar algún día. Sin embargo, la aparición de la ROM para emuladores debió echar al traste el plan original y hoy en día es una conversión muy fácil de obtener.

Como se puede comprobar viendo las imágenes, el juego es más propio de un sistema de 8 bits que no de Neo Geo. Tanto este apartado como el correspondiente al sonido, parecen haber sido programados en sólo un fin de semana. Es tal la simpleza, que carece de intro, así como de ending.

Las diferentes fases tienen unos diseños tan simples que de hecho parecen todas la misma. En cada una de ellas nos encontramos con diferentes texturas muy básicas que nos informarán acerca de sus propiedades según el color: marrón simula la tierra e indica que es terreno accesible, gris simula roca e indica que no podemos pasar por allí...

Los ítems son muy simples y con una variedad casi nula. Las animaciones por su parte distan mucho de lo que nos tiene acostumbrados el sistema, y de hecho, la correspondiente al personaje principal, solamente constará de dos frames.

La música es igualmente básica, puesto que constará de una sola melodía para todas las fases, la cual dura pocos segundos y se repetirá a modo de bucle. Solo nos encontraremos con dos melodías, la propia de la partida, mas una pequeña pista introductoria mientras comenzamos cada una de las fases. Como es de suponer, se hace tan repetitivo que posiblemente sea el único juego del catálogo en el que lleguemos a silenciar el televisor durante la partida.

Los efectos de sonido son escasísimos, tan solo un par de ellos, lo cual vuelve a tener el problema de que se hacen muy repetitivos.

La mecánica del juego es sencilla y si viniera acompañada de un buen apartado técnico, a buen seguro estaríamos ante un título bien diferente. Una vez empecemos la partida, deberemos recolectar un número determinado de ítems para poder desbloquear las salidas que nos llevan a la siguiente fase. Además, como nuestra barra de vida continuamente decrecerá, deberemos recolectar otros ítems de vida (limones o sandías) que irán restaurando el nivel.

Nos encontraremos enemigos en cada fase, los cuales acabarán con nosotros si nos tocan. No estaremos desarmados del todo, pues dispondremos de una serie de rocas repartidas por el mapa las cuales si excavamos por debajo de ellas, la propia fuerza de la gravedad hará que se caigan y puedan aplastar a cualquier ser que se cruce en su camino ¡incluido nosotros!

Está claro que si hubiese sido programado para poder ser presentado con un mínimo de calidad, estaríamos ante algo totalmente diferente, pero por desgracia no es así. No tiene prácticamente ningún aliciente, a excepción de lo que significa estar jugando a un juego raro del catálogo, con una historia muy particular. Su único interés pues, es como ítem coleccionable, nada más.

No disponibles.