A partir de mediados de los 90, muchas compañías trataron de crear juegos de baseball de calidad para el mercado arcade, sin encontrar el preciado equilibrio entre el realismo, ambientación, ritmo de juego y diversión ofrecida. Deberían haber aprendido de Baseball Stars 2 de SNK, un título que apareció en 1992 y que por sus características técnicas y jugables, sentaba las bases de lo que un buen título arcade deportivo debía incluir. Detalles como el uso del color, o el componente humorístico mostrado en ocasiones, incluso hoy en día le hace distinguirse de otros títulos similares.

Mientras que Baseball Stars Professional fue un intento de crear un título deportivo durante los primeros meses de vida del sistema Neo Geo (pensar que ese título es oficialmente el segundo del catálogo, siendo el primero Nam 1975, ambos de 1990). Baseball Stars 2 tiene un acabado mucho más avanzado, tanto, que ambos juegos no parecen pertenecer a la misma franquicia. Esa diferencia de dos años entre uno y otro hizo que los programadores pudieran saber mucho más acerca de animaciones, paleta de colores, efectos de zoom, etc, en el momento de empezar a programarlo.

Lo primero que llama la atención es el uso del color. Desde las tonalidades empleadas en el césped o en la arena, hasta los diversos colores que dibujan las camisetas de los jugadores, todo está pensado para demostrar que el chip gráfico puede con todo eso y más, aunque estemos jugando a un género que a diferencia de la lucha o los shooters, no necesita de muchos aspavientos para conseguir una buena ambientación.

Destacan las ilustraciones que nos mostrarán situaciones de diversa índole o jugadores en el terreno, entre otras. Las situaciones que nos irán apareciendo, a veces animadas, serán tan variadas como la celebración de un home run, conseguir un out o un safe, cambio de jugador, intervención de nuestro entrenador...

También encontraremos un efecto interesante, el uso de diversas zonas de la pantalla en el caso de que bateemos la bola (parte superior) y el jugador corra hacia la base (parte inferior), todo ello muy bien implementado, permitiendo tener información de ambas jugadas de una solo vistazo.

Por lo demás, el juego es más que correcto. Los sprites tienen unos movimientos tanto en lanzamientos, bateo o de carrera muy suaves y realistas. Aunque hay mucha repetición de diseños por razones obvias, estos son acertados y muestran detalles suficientes. El terreno de juego es igualmente correcto, consiguiéndose un efecto de profundidad que simulan las 3D, y todo ello gracias simplemente a haber jugado con la perspectiva.

Las melodías que vamos a escuchar durante las partidas no las recordaremos por ser excelentes, al contrario, nos sonarán bastante a la época en la que se hizo el juego, pues ese estilo de música pseudo-rock and roll era muy típica en esos años. El caso es que la fórmula inicialmente funciona, con unos ritmos rápidos y guitarreos convincentes, pero volvemos al problema de la primera parte, que al tener un bucle de repetición muy corto, escucharemos la misma pieza demasiadas veces durante el juego.

Los efectos FX son buenos, sobretodo en lo que a los sonidos propios del baseball se refiere, así como el ambiente del público. Destaca también la animada voz en off del comentarista que tal y como ocurriera en la anterior entrega, tan efusiva es, que parece que está sobreactuando, desinflando en cierto modo este apartado.

Vamos a necesitar de los cuatro botones para controlar en su totalidad todas las opciones que nos ofrece el juego: batear, robar, acciones del lanzador o pitcher, pedir tiempo, y un largo etc. Si pedimos tiempo, podremos llevar a cabo varias acciones tales como cambiar jugadores, mejorar nuestro bate (siendo más grande y teniendo más fuerza). Esta mejora hará que casi aseguremos un golpe, o un home run.

En realidad, nos encontramos con suficientes opciones como para tener a mano el manual de usuario durante las primeras partidas para no perdernos, aunque todo hay que decirlo, el juego está lo suficientemente bien ajustado como para poder ir aprendiendo sobre la marcha, y llegar a tener un buen nivel en un periodo de tiempo corto.

Tenemos dos modos de juego, el individual y el modo dos jugadores. En cuanto al individual, nuestro objetivo consistirá en ganar el campeonato, venciendo en 15 partidos. Para ello contaremos con la posibilidad de elegir dos modos de dificultad, el fácil y el difícil, siendo la diferencia que en el fácil algunos movimientos de joystick están automatizados para un mejor control. Una vez seleccionada la dificultad, pasamos a seleccionar nuestro equipo, de un total de seis (EEUU, Corea, Italia...), cada cual con sus propias estadísticas.

El objetivo aquí es la acción directa. No encontraremos complicados menús o estadísticas a los que otros juegos nos tienen acostumbrados, aquí tan sólo veremos el promedio de carreras ganadas, el de bateo, y poco más. Curiosamente, los equipos que encontraremos son reales, pero no así los nombres de los jugadores, algunos tan inverosímiles como Aussie Thunders o Japan Samurais.

Es posible que este no sea el juego en que la mayoría de los jugadores piense cuando quieran jugar una partida a algún juego de su colección, pero de ser elegido, no defraudará. Tiene muchas virtudes que lo convierten en un juego especial, la más importante, que mejora en todo a su veterano antecesor, y lo segundo, que unos controles ajustados para ser los más sencillos posible, le convierten en un juego rápido, adictivo y sobretodo sencillo y divertido.

Tanto si nos gusta el baseball como si no, es un título que deberíamos tener en nuestra estantería, pues siempre es positivo tener buenos juegos de diferentes géneros.

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