A pesar de sus deseos por formar parte del servicio especial de inteligencia del ejército, finalmente tuvo que renunciar a ello al consultarlo con sus padres y que estos no estuviesen de acuerdo con estos planes.
Sin embargo, ella quería desesperadamente mantenerse en servicio así que finalmente se inscribe como instructor. Pero los comienzos no son fáciles, y a Sophia le cuesta tres largos años aprender las aptitudes necesarias para poder controlar a los reclutas y guiarlos hasta convertirlos en soldados eficaces. Poco a poco lo va consiguiendo, y tras ese tiempo ya es considerada un instructor muy severo.
Tras la Primera Guerra Moderna que enfrentó al Ejército Regular y a la rebelión guiada por Morden, se retira del servicio y decide llevar una vida tranquila junto a su familia. Sería sustituida por otra instructora, Margaret, en la Segunda Guerra Moderna.
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