La primera vez que Madoka vio las instalaciones del Ejército Regular, fue como paciente, puesto que junto con Rumi y su madre, ingresaron debido a un problema de debilidad en las piernas bastante severa. Existía el riesgo de que el problema con las piernas podía prolongarse de forma permanente, y su madre presentaba también una insuficiencia cardíaca.
Tan pronto empezó a encontrarse mejor, decidió alistarse en el Ejército Regular como proveedor al igual que su hermana. Pero lo que iba a ser un simple traslado a otra base, acaba siendo algo más complicado debido a un fallo burocrático, y es enviada al campo de batalla.
Así pues, se encuentra en el frente como proveedor de suministros en combate y médico, para servir a las tropas amigas. Nunca deja de caminar, tratando de averiguar dónde se encuentra. Los soldados la ven como un fantasma más que va vagando por el campo de batalla.
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