La familia Germi es conocida por su riqueza y su servicio en el ejército. Originalmente eran los comerciantes que hicieron su fortuna en la región del Mediterráneo durante la antigua era de la exploración, y hoy en día siguen siendo ricos a través de la gestión de varias empresas. También se han distinguido por su papel en el servicio militar en la primera época pasada, en la guerra napoleónica en 1800, y luego en las guerras de la unificación italiana de 1900. Hoy en día todavía destacan por su participación en la lucha contra el terrorismo por todo el mundo. Muchos Germis que lucharon en las guerras perdieron la vida, pero aún así, luchar se ha convertido en una costumbre necesaria, que el heredero elegido de la familia Germi deba servir en el ejército.
El padre de Fio, Alesandro Germi, fue un soldado temible durante sus primeros años de servicio. Su cuerpo tenía multitud de cicatrices para demostrar que había visto su sangre en el campo de batalla. Después de regresar a la vida civil, hábilmente siguió con el negocio de la familia, aumentando enormemente los ingresos de los Germi.
A pesar de que Alesandro tuvo el deseo de engendrar a un hijo, su esposa finalmente dió a luz a una hija. Por desgracia, su mujer no podría volver a tener hijos, debido a complicaciones de su salud.
No quería bajo ningún concepto enviar a su única hija al campo de batalla y que arriesgara su vida, pero tampoco podía ignorar las costumbres militares de la familia Germi. Acabó enviando a su hija a la instrucción militar a la edad de 20 años, aunque trató de mantenerla aislada durante las batallas, pidiendo la asignación a puestos de trabajo de escritorio, gracias a sus contactos y amigos hechos durante su estancia en el ejército.
Sin embargo, todo el plan se vino abajo cuando por un error ridículo en un trámite burocrático, hizo que Fio fuese trasladada a la unidad de Los Gorriones (Sparrows Unit), una unidad de operaciones especiales de la Agencia Inteligente del Ejército Regular, que con frecuencia llevaba a cabo muchas de las tareas más peligrosas que cualquier otra unidad de las fuerzas armadas. Furioso, Alesandro visitó una y otra vez la sede militar con la intención de que su hija no fuese enviada al frente. Amenazó a los oficiales diciendo que incluso estaría dispuesto a sacarla del mismísimo campo de batalla con su jet privado. Sin embargo, los oficiales no hicieron caso a Alesandro, pues también querían preservar la línea entera de combatientes de la familia Germi.
Afortunadamente, Fio logra sobrevivir a las batallas en las que estuvo envuelta, esquivando mil peligros a los que se vió expuesta. Sin duda, su participación sirvió de gran ayuda para frenar los planes maléficos de Morden. |