
La primera vez que jugué a una recreativa fue allá por el año 81, en un restaurante en el que nos paramos a comer con mis padres, dónde tenían una Speed Race
Por entonces las partidas costaban la "friolera" de una moneda de 5 pesetas (no de 25) y tras un par de partidas quedé tan alucinado que desde entonces me pasaba los ratos libres en los salones recreativos con los juegos típicos de entonces como Combat School o Track & Field